jueves, 26 de septiembre de 2013

INVESTIGACIÓN SOBRE OFIDISMO - UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA, COLOMBIA







Investigación sobre tratamiento de envenenamientos por serpientes a partir de plantas (Universidad de Antioquia)

En Colombia se registran al año unas 2.675 mordeduras de serpientes. El 25 por ciento se presentan en los departamentos de Antioquia y Chocó, sin contar con los altos niveles de casos que no se reportan, estimados en un 43 por ciento adicional.

La gran mayoría de los accidentes por mordedura de serpiente ocurren en áreas rurales, muchas veces apartadas de las cabeceras municipales donde no se cuenta con recursos para atender estos envenenamientos. Por ello uno de los principales objetivos del Programa de Ofidismo de la Universidad de Antioquia es estudiar las plantas medicinales utilizadas por los curanderos o chamanes de las comunidades negras e indígenas.

Los hallazgos realizados durante trece años de investigaciones, se han publicado en revistas internacionales y en los últimos tres años se han recogido en un libro que describe las plantas y los resultados de numerosos estudios de laboratorio (se identificaron 105 plantas y se recolectaron 85, guiados por los curanderos). El libro, de distribución gratuita, también se ha llevado a las comunidades que participaron en los estudios, a las bibliotecas de los hospitales antioqueños y a las principales bibliotecas médicas del país. Asimismo se hicieron videos que han sido transmitidos en la televisión regional, nacional, y en algunos países latinoamericanos.

Lo que resulta de mayor interés para la comunidad internacional es la biodiversidad de Colombia, uno de los territorios más ricos del planeta, condición necesaria para el desarrollo de la biotecnología que, junto con la biología molecular, pueden mejorar en las próximas décadas nuestras condiciones de vida. Igualmente, el país cuenta con diversas etnias indígenas y con comunidades afrocolombianas, aisladas de la cultura occidental, que ofrecen un laboratorio de experimentación con sus saberes sobre el tratamiento de las enfermedades. Por ello el proyecto de etnobotánica se centró en el estudio de las plantas utilizadas por estas comunidades para neutralizar los venenos de las serpientes.

Hallazgos curiosos



El médico Rafael Otero Patiño, coordinador de estas investigaciones, cuenta que se encontraron cosas muy interesantes: las mismas plantas que utilizaban nuestros aborígenes se utilizaban en África y Asia. Esta coincidencia podría explicarse según la doctrina de los signos o de los símbolos, según la cual hay en la naturaleza señales para que el hombre sepa para qué sirven las plantas. Así, lo que se parece a la serpiente sirve para las mordeduras de serpiente, lo que se parece a la sangre, para detener hemorragias; explicando cómo el hombre llegó, orientándose a través de los signos, a seleccionar las plantas que más servían y sus partes más útiles, que pueden ser los frutos, las raíces, las hojas, según el caso.



También se encontraron 7 plantas que neutralizan in vitro el efecto letal del veneno en un ciento por ciento, y 5 de manera parcial; 12 que neutralizan al ciento por ciento, in vitro, el efecto hemorrágico del veneno y 35 que neutralizan casi totalmente el efecto inflamatorio. Después, en los experimentos in vivo (en ratones), algunas plantas conservan alguna capacidad protectora para neutralizar el veneno.



"Concluido este trabajo, en el grupo estamos convencidos de que estas plantas pueden ser un complemento para la terapia con sueros antiofídicos, pero cuando el caso es grave, si el paciente no recibe un tratamiento específico corre peligro de muerte, por las complicaciones que no alcanzan a neutralizar los extractos de las plantas", afirma el coordinador del proyecto.



Aunque los sueros antiofídicos se desarrollaron hace más de 100 años y en Colombia se producen hace unos 25, todavía muchas comunidades apartadas no disponen de este recurso, que requiere cuidados especializados. Anteriormente otros investigadores del país habían reportado de 30 a 40 plantas utilizadas por los indígenas para las mordeduras de serpientes, pero considerando que en otros lugares del mundo la lista puede llegar a 100, queda mucho trabajo por realizar.

Zona de estudio



El grupo de investigadores de la Universidad de Antioquia conocía la zona del Atrato medio y bajo y también la costa Pacífica, ambas con enormes carencias. "Hubo lugares a los que nos hubiera gustado llegar, pero los cabildos indígenas negaron la posibilidad, a pesar de la capacitación que les brindamos. Algunas comunidades fueron reacias y no fue posible involucrarlas", cuenta Otero Patiño.



Se seleccionaron los municipios y con el apoyo de los hospitales se emprendió el trabajo de acercamiento a las comunidades donde hubiera curanderos y chamanes.

Pese al celo o "secreto profesional" que manifestaron –para evitar que el conocimiento caiga en manos de charlatanes o de personas inescrupulosas–, los investigadores se ganaron su confianza y lograron las entrevistas. A cada lugar fueron tres veces. Cada viaje era de unos siete días. Volvían y les contaban cómo iba el trabajo, se les mantenía informados. Finalmente se les envió el libro.



En cuanto a la situación de orden público, al grupo se le permitió adelantar sus investigaciones a pesar de la disputa entre los bandos del conflicto armado que vive el país.



De aquí en adelante se desprenden muchos trabajos para el Programa de Ofidismo, como el desarrollo de productos que integren los principios identificados en las investigaciones, con el fin de contribuir al mejoramiento de la atención para los pacientes mordidos por serpientes, en regiones apartadas del país.



Todo con la esperanza de tener en pocos años un producto fitoterapéutico, económico, disponible en cualquier lugar, sin que tenga que refrigerarse y que se pueda administrar a la víctima de mordedura desde los primeros minutos, para que actúe como primer auxilio, mientras llega a un hospital.

 

Referencia:

OTERO, R., FONNEGRA, R., JIMENEZ, S.  Plantas utilizadas contra mordeduras de serpientes en Antioquia y Chocó, Colombia.


Mamíferos venenosos: Nycticebus coucang (Loris venenoso)


 
 
Nycticebus coucang

El loris de Sonda, loris lento o loris perezoso (Nycticebus coucang) es una especie de primate de la familia Lorisidae propia del sudeste asiático.


Descripción

Mide 30 a 38 cms. de largo y pesa 1 a 2 kgs. El pelo es tupido, lanudo, corto y suave, de color leonado con tonalidades que van del castaño grisáceo o amarillento al castaño rojizo, y en la zona ventral es blanco amarillento o grisáceo. A lo largo de la espalda, la nuca y hasta la frente tiene una banda negra angosta. El hocico es corto. Entre la frente y el hocico presenta pelo blancuzco en torno a los ojos, que están circundados por anillos marrón obscuro.

Se observa una tendencia de la banda dorsal a acentuase a medida que se va de norte a sur del área de dispersión de la especie, de manera que se acerca a las orejas y llega a confundirse con la máscara facial.

Los dedos son cortos y el segundo dedo de la mano es muy reducido, pero en las extremidades posteriores, el segundo dedo presenta una uña larga especializada para el acicalamiento mutuo.

Posee numerosas vertebras dorsales, lo cual le permite rotar el tronco con respecto al abdomen.

Comportamiento

De hábitos nocturnos y arborícolas. Marca el territorio con la orina para evitar conflictos con otros individuos de su propia especie. Vive sólo o en pequeños núcleos familiares. Durante el día, duerme en el interior de una cavidad de algún tronco o simplemente sobre las ramas. De noche se mueve lentamente entre los árboles, paso a paso, y solamente se apresura con la mano para atrapar una presa. Si percibe algún peligro, se queda completamente inmóvil y puede permanecer así por horas.

Como caso raro entre los mamíferos, puede dar un mordisco venenoso: la toxina, un polipéptido de efectos inflamatorios, es producida por una glándula braquial ubicada en el centro del codo y el loris se encarga de llevarla a la boca. Si se ve amenazado, inocula la toxina con un mordisco, por medio del peine dental. Con la saliva venenosa, la hembra unta a su cachorro para repeler a los depredadores.

Alimentación

Consume principalmente insectos, pero además come pequeños vertebrados, hojas y frutos.

Reproducción

La hembra tiene dos períodos de estro (períodos de celo) al año. La gestación dura de 5 a 6 meses, tras los cuales nace una cría, que amamanta con 4 pezones, hasta los 8 o 9 meses de edad, aunque es raro que la abandone antes del año, cuando alcanza la madurez sexual. En cautividad vive hasta 26 años.

 

 

 

Fuente

-Boitani, Luigi y Stefania Bartoli (1982) Guía de Mamíferos - Barcelona Ediciones Grijalbo,  ISBN 84-253-1659-6

-Groves, Colin (2005). Wilson, D. E.; Reeder, D. M. eds. Mammal Species of the World (3ª edición).